La monarquía por la que yo luché by José María Gil-Robles y Quiñones

La monarquía por la que yo luché by José María Gil-Robles y Quiñones

autor:José María Gil-Robles y Quiñones [Gil-Robles y Quiñones, José María]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Crónica, Historia
editor: ePubLibre
publicado: 1976-01-01T00:00:00+00:00


1948

Viernes, 9 de enero de 1948.

… Recibo informes que me envía Vejarano de los Estados Unidos. Prieto sigue… demostrando una total carencia de sentido de las realidades del momento. Por pasión o por miedo a los suyos, no se atreve a aceptar el hecho de que no hay otra alternativa que Franco o monarquía, ni acaba de ver que es una realidad el peligro de que los Estados Unidos, cansados de la situación en que el problema político español se arrastra, acaben entendiéndose con el dictador…

Sábado, 10 de enero de 1948.

… Viene a verme Juan Jesús González, en uno de sus viajes mensuales. No obstante la paralización propia de estas fiestas, trae algunas noticias de interés. El intento de dar a Rodezno la jefatura de las fuerzas monárquicas ha fracasado. El propio Rodezno, asustado por su responsabilidad o empujado por los suyos, anunció que solo aceptaría si pudiese ir a la íntegra aplicación de la doctrina tradicionalista. Ahora, descartada esta solución, se piensa en constituir una especie de triunvirato. Nada se ha hecho, sin embargo, pues Kindelán es incapaz de dirigir y no hay una sola persona que sea efectivamente acatada…

Lunes, 12 de enero de 1948.

… Tengo una conversación con el rey para informarle de los últimos acontecimientos. Me dice que recibió la visita del P. Suárez, general de los dominicos, quien le dijo dos cosas: que en una reciente entrevista con Franco le había sacado el tema de la restauración dos veces, sin que el interlocutor respondiera, y que en muchas comunidades religiosas circulaban las más calumniosas mentiras sobre el rey, llegando incluso a decir que no tenía fe.

Martes, 13 de enero de 1948.

… Completando sus informes, me dice Juan Jesús González que Fontanar habló hace días con Culberston, encargado de Negocios de los Estados Unidos, y que este le hizo ver que eran unos insensatos los monárquicos que se acercaban a él para pedirle que Norteamérica asfixiara económicamente a España. Si eso ocurriera —añadió Culberston—, caería Franco; pero la monarquía no recogería la herencia. Lo que tiene que hacer el rey es ponerse de acuerdo con Franco. ¿Será ese el pensamiento dominante en Washington?

Viernes, 16 de enero de 1948.

… Sale el rey para Suiza, desde donde piensa ir unos días a Roma.

Martes, 20 de enero de 1941.

… Recibo nuevos informes de Nueva York. No hay por ahora el propósito de dar ayuda directa o indirecta a España. Toda la propaganda hecha por Franco no tiene fundamento alguno. Sin embargo, es indispensable ofrecer a los americanos una base de solución pacífica del pleito político español, pues de otro modo acabarán por tener que hacer lo que les repugna. Prieto lo ha comprendido así y, en carta dirigida a Femando de los Ríos, examina con todo el espíritu de transacción de que es capaz un temperamento como el suyo la fórmula del gobierno-regencia que yo mandé en diciembre[78]. Promete la máxima reserva, pero al mismo tiempo veo en un periódico de los españoles exiliados en Francia una versión de mi conversación con él en Londres, que solo puede haber sido dada por el mismo Prieto.



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